LA RUTA DEL MÉXICO ANTIGUO

Templo de Ehécatl

El Templo Ehecatl-Quetzalcóatl, uno de los hallazgos arqueológicos más recientes en la Ciudad de México, fue descubierto en 2014 pero no fue abierto al público hasta 2018, cuando se inauguró el área de visitas en el sótano de la Plaza Tlatelolco. Este templo circular está dedicado a Ehecatl, el Dios del viento, y es uno de varios dedicados a esta deidad en la ciudad, incluyendo tres en Tlatelolco, uno en el Centro Cultural España y otro en la Estación del Metro Pino Suárez.

El sitio gira en torno a una base circular de unos 12 metros de diámetro y fue construido en tres etapas, la primera en 1337, la segunda entre 1376 y 1417 con modificaciones alrededor de 1427. El descubrimiento del sitio se produjo durante la demolición de un antiguo supermercado.

Casa del Marqués del Apartado

Francisco Fagoaga y Arozqueta heredó el cargo de Apartador General de la Nueva España de su padre, Francisco de Fagoaga Yragorri. El Apartado de Oro y Plata era un complejo industrial donde se procesaban las barras minerales de las minas, separando el oro y la plata antes de devolverlos a sus dueños para su acuñación en la Casa de Moneda. También heredó una Casa Mercantil de importaciones y exportaciones de su madre, doña María Josefa Arozqueta de las Heras Alcocer. En 1772, fue nombrado Marqués del Apartado por el rey Carlos III, y encargó a Manuel Tolsá de la Academia de San Carlos la construcción de su palacio en 1796, ubicado cerca de la Plaza Mayor.

Con el tiempo, el edificio se adaptó para albergar las oficinas de la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública, entre otras. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas revelaron la escalinata del Coateocalli, conocida como la Casa de la Serpiente.

El Gran Tzompantli

En numerosas culturas de lo que hoy es México, se reservaba un espacio dentro de las ciudades para exhibir torres de cabezas humanas. Estas cabezas se obtenían tanto de los cuerpos de los prisioneros de guerra como de los ixiptla, quienes eran considerados «representantes de los dioses». En Tenochtitlan, el Huey Teocalli o Templo Mayor contaba con un Huey Tzompantli, una torre mayor de cabezas humanas, situada en uno de sus costados. En 2015, durante unas excavaciones en un terreno ubicado en la Calle de República de Guatemala, se descubrieron los restos del Huey Tzompantli, una de las múltiples torres de cabezas que existieron en la ciudad nahua. Estos restos datan del período comprendido entre 1486 y 1502.

Palacio de Axayácatl

En el Zócalo de la Ciudad de México, junto a la Catedral Metropolitana y frente al Palacio Nacional, actualmente ocupado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra el Nacional Monte de Piedad, ubicado en uno de los edificios más icónicos del Centro Histórico.

En tiempos de Tenochtitlan, cuando la ciudad era habitada por la cultura Azteca, ese mismo lugar albergaba un palacio donde se desarrollaron eventos cruciales que marcaron la historia del país.

Este palacio era el Palacio de Axayácatl, nombrado así por ser la residencia del padre del emperador Moctezuma II, quien compartía el nombre con el palacio y gobernó México Tenochtitlan entre 1469 y 1481.

Fue en este lugar donde posiblemente Moctezuma murió el 29 de junio de 1520. También fue la residencia temporal de Hernán Cortés a su llegada a México-Tenochtitlan. Durante su estancia, los conquistadores españoles solicitaron erigir un altar católico y, al hacerlo, descubrieron una puerta secreta que ocultaba el famoso Tesoro de Moctezuma. Intentaron llevarse este tesoro durante la Noche Triste, pero no tuvieron éxito y se perdió. Hasta ahora, el destino de esta riqueza sigue siendo desconocido.

Catedral Metropolitan

La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, situada majestuosamente en el lado norte del Zócalo y junto al Palacio Nacional, es indudablemente uno de los tesoros coloniales más destacados y también la catedral más grande de América Latina. Su nombre completo es Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los Cielos de la Ciudad de México.

La colocación de la primera piedra se remonta a 1524, cuando Hernán Cortés la ubicó en el cruce de las calzadas que llevaban al centro espiritual de los aztecas, justo donde hoy se encuentran los jardines del Templo Mayor. El arquitecto inicial de la catedral fue Martín de Sepúlveda, quien trabajó en el proyecto entre 1524 y 1532.

En 1534, el templo recibió el reconocimiento como catedral por parte de la Santa Sede, otorgándole una bula papal. Sin embargo, en 1562 se iniciaron los planes para una nueva catedral que reemplazaría a la original, que para entonces resultaba insuficiente. La primera piedra de la nueva catedral se colocó en 1571, aunque las obras formales no comenzaron hasta 1573, lo que marcó el comienzo gradual de la destrucción de la antigua catedral.

Restos de aposentos

El barrio central de Tenochtitlan era habitado por sacerdotes y clases gobernantes, con el templo dedicado a Tezcatlipoca como centro importante. Alrededor del templo, se construyeron edificaciones para el uso de los sacerdotes dedicados a su culto. Tras la caída de Tenochtitlan, el templo fue destruido, pero el área residencial se adaptó para la casa del soldado español Pedro González Trujillo. Posteriormente, se erigieron varias estructuras en el sitio, aunque en 2013 se recuperaron los vestigios de los antiguos aposentos.

En este mismo lugar, se impartió la primera cátedra de la Real y Pontificia Universidad de México. Además, funcionó la Cantina «El Nivel» bajo la licencia número 1.

Templo Mayor

El Templo Mayor y su recinto fueron el epicentro de la vida religiosa de los mexicas y uno de los edificios ceremoniales más célebres de su tiempo, situado en lo que ahora es el corazón de la Ciudad de México. A lo largo del siglo XX, los arqueólogos fueron desenterrando la ubicación precisa del Templo Mayor de los mexicas, el cual fue destruido después de la conquista de la ciudad indígena. Los restos del templo permanecieron ocultos durante cuatro siglos bajo las construcciones virreinales y del siglo XIX en el centro de nuestra ciudad capital.

La tradición cuenta que el Templo Mayor fue erigido en el lugar exacto donde los peregrinos de Aztlán hallaron el sagrado nopal que crecía en una roca, sobre el cual se posaba un águila con las alas extendidas al sol, devorando una serpiente. Este primer basamento dedicado a Huitzilopochtli, aunque modesto al ser construido con barro y madera, representó el inicio de lo que con el tiempo se convertiría en uno de los edificios ceremoniales más renombrados de su época.

Gran basamento mexica

El Programa de Arqueología Urbana del INAH hizo un hallazgo asombroso sobre la calle de República de Argentina, entre Donceles y Luis González Obregón. Se trata de los restos de un gran basamento del barrio central de Tenochtitlan, donde se ubicaban los templos, edificios de culto y administrativos de la ciudad nahua. Estos vestigios abarcan diferentes etapas constructivas, que van desde los años 1440 hasta 1521, y se encuentran a tan solo dos metros bajo la superficie. El legado azteca de la Ciudad de México está muy cerca de nosotros. ¡Ven y descúbrelo!

Vestigios del Calmécac

Los vestigios prehispánicos de la civilización mexica, incluidos en la exposición conmemorativa por los 30 años del Templo Mayor, están a la vista en el Centro Histórico. Algunos de estos vestigios provienen del antiguo Calmecac mexica, el lugar donde se educaban los hijos de los nobles en la gran Tecnochtitlán, y forman parte de un acervo de 90 piezas prehispánicas que datan desde 1390 hasta la época colonial.

En la exhibición llamada «Coyolxauhqui: 30 años de reconstruir el pasado (1978-2008)», inaugurada recientemente en el recinto del Templo Mayor, se presentan cuatro de las siete almenas colosales halladas bajo el piso del predio ubicado en Donceles 97. Las otras tres están siendo sometidas a trabajos de restauración.

Cada una de estas almenas mide 2.40 metros y se cree que adornaban el techo de un edificio prehispánico en el área del centro ceremonial mexica. Fueron colocadas ritualmente por los mexicas debajo del piso, que hoy forma parte de un anexo del Centro Cultural de la embajada de España.