La CDMX: Centro de turismo religioso de América

La Ciudad de México, un destino fascinante por su vasta herencia cultural, artística y gastronómica, se ha consolidado también como uno de los principales centros de turismo religioso en el mundo. Año con año, miles de peregrinos y visitantes de todas partes de México, se acercan a la ciudad para rendir culto a uno de los íconos más venerados de la religión católica: la Virgen de Guadalupe.

 

Ubicada en el norte de la Ciudad de México, la Basílica de Guadalupe es uno de los destinos religiosos más importantes de América Latina. Este complejo congrega a miles de devotos que acuden cada año el 12 de diciembre para celebrar la aparición de la Virgen quien, según la tradición popular, se apareció en 1531 al indígena Juan Diego, en el Cerro del Tepeyac, mismo lugar donde hoy se encuentra la Basílica. Esta aparición es considerada como uno de los momentos fundacionales del culto a la Virgen de Guadalupe y desde entonces ha marcado la identidad religiosa de México.

 

Cada año, la Basílica de Guadalupe y su imponente Atrio se llenan de una multitud devota, que llega desde diversas partes del país e incluso del extranjero. Este evento se ha convertido en uno de los actos de fervor religioso más notables de América Latina.

 

Además de la celebración religiosa, la zona que rodea a la Basílica, conocida como La Villa de Guadalupe, es un sitio de profundo valor histórico y espiritual. Esta área, que fue un centro religioso desde tiempos prehispánicos, tiene una rica historia que se remonta a los mexicas. En el Cerro del Tepeyac, antes de la llegada de los españoles, se veneraban a las diosas Chalchiuhtlicue, Matlalcueye y Tonantzin, figuras centrales en la religión mexica.

 

La antigua Basílica de Guadalupe, construida entre 1695 y 1709 por el arquitecto Pedro de Arrieta, es otro de los puntos clave de la Villa. Aunque el edificio original fue reemplazado por la moderna Basílica en la década de 1970, esta iglesia histórica sigue siendo un lugar de gran reverencia. En sus alrededores, se puede apreciar la riqueza cultural del lugar, con mercados, plazas y edificios que dan vida a un entorno vibrante de fe y tradición.

 

La Villa de Guadalupe es un sitio dinámico, lleno de actividad y constante transformación. Al ser uno de los principales centros de peregrinación de América Latina, siempre hay algo nuevo por descubrir en sus alrededores. Además de la Basílica y el Cerro del Tepeyac, los visitantes pueden explorar una serie de capillas, museos y monumentos que narran la historia de la Virgen de Guadalupe y su impacto en la cultura mexicana.