Cinco Pueblos Mágicos en Nuevo León más allá del Cerro de la Silla
Nuevo León es un destino diverso y culturalmente rico con una gastronomía variada. Monterrey es una buena puerta de entrada, pero explorar los pueblos revela tradiciones vivas.
Nuevo León es uno de esos destinos a los que hay que viajar para conocer su diversidad. Es un lugar que resguarda una profunda tradición cultural, que puede presumir una riqueza gastronómica variada y que esconde rincones imperdibles. Aunque las ciudades grandes, como Monterrey, son una buena puerta de entrada a todo lo mejor de la cultura regia, no hay como pasear por las profundidades del estado, descubriendo los pueblos donde la tradición sigue más viva.
Por eso, buscamos y recorrimos los 5 Pueblos Mágicos del gigante del norte para sumergirnos de lleno en la vida de Nuevo León. Más que un vistazo rápido, estos son los sitios a donde se tiene que llegar para probar las recetas de cabrito o pan que han sido perfeccionados por generaciones, para estar en contacto con una naturaleza muy distinta a la de cualquier otro lugar de México, para conocer la verdadera vida del norte más allá de la imaginación.
General Zaragoza
Las cuatro horas de camino que separan Monterrey de General Zaragoza sirven para cambiar por completo el panorama. Los parajes más desérticos van cediendo poco a poco para convertirse en un espeso bosque verde. Entre la maleza, se esconden pequeñas pozas y cascadas que son el principal atractivo del pueblo.
El sistema de ríos que fluye a través de la Sierra Madre Oriental forma este inesperado paraíso a donde los propios locales van para combatir el célebre calor de la región. Entre los sitios imperdibles están las cascadas de El Salto y el Velo de Novia, con caídas de hasta 30 metros y aguas turquesas que, una vez que se calman, forman pequeñas pozas río abajo.
Santiago
Fundado a pies de la Sierra Madre Oriental y el cerro de la Silla, Santiago tiene siglos siendo una de las principales poblaciones de Nuevo León. Este Pueblo Mágico guarda muchísima historia colonial que se puede ver en el Templo de Santiago Apóstol, donde se conserva el característico estilo barroco del siglo XVIII. Para quien busca más cultura, la zona de Los Cavazos se ha convertido en un centro absoluto para ver y comprar artesanías.
Pero, además de la historia y la cultura, en Santiago hay paisajes naturales de sobra. Perfectos para descansar o admirar, como las aguas de la cascada El Chipitín o la Cueva de los Murciélagos.
Bustamante
Menos de dos horas separan Monterrey de Bustamante, un pueblo que recibe a sus viajeros entre edificios de tonos coloridos y el olor que sale de los hornos de adobe de sus panaderías. En el centro, los imperdibles son el Museo de las Cosas Simples, para conocer más sobre las comunidades de la zona, y el Museo de la Memoria Viva, donde aprenderás sobre Bustamante.
Sólo saliendo un poco de ahí, se encuentran las Grutas Bustamante, una expedición imperdible a través de una red de túneles y cuevas subterráneas. Además del Cañón Ojo de Agua Bustamante, un parque natural rodeado de montañas y pozas color turquesa.
Linares
Este pueblo mágico no es ningún secreto para los que conocen bien Nuevo León. De hecho, guarda mucha de la historia y tradición regia más antigua. Su Catedral de San Felipe Apóstol se conserva prácticamente intacta desde su construcción, en 1770. El centro conserva varios de sus negocios más longevos, como panaderías y heladerías de principios del siglo XX. Y si de seguir deleitando el paladar se trata, están las glorias; con un sabor cremoso que combina a la perfección el dulzor de la cajeta quemada, el azúcar y la leche bronca. En el tamaño ideal para ser un bocadillo de bolsillo y su inconfundible pero también tradicional envoltura de celofán carmín.
A pocos minutos del centro de Linares, también se encuentra una atracción natural imperdible: los Baños de San Ignacio. Una reserva natural con paisajes que parecería de otro mundo, entre extensas planicies y repentinos humedales.